domingo, 12 de abril de 2015

Créditos fiscales ¿qué son y cómo afectan?



Hoy me he levantado leyendo en la prensa una noticia que es muy inquietante bajo mi punto de vista, y que como siempre, se ha escondido a la ciudadanía bajo el manto de la complejidad que para muchos suponen ciertos temas de índole económico y fiscal. En resumen se trata de la noticia sobre que la solvencia de una gran parte de nuestra Banca no es tan solvente como nos habían dicho, y que si tenemos en cuenta los créditos fiscales que al parecer engrosan el Patrimonio Neto de muchas entidades, dicha solvencia se esfuma. Dicho en otras palabras, vayamos preparándonos a seguir rescatando a los bancos. Sí, ese rescate que no se ha realizado pero que a todos nos ha costado sacrificios y nos va a seguir costando, porque esto no ha terminado.
Por eso he querido poner mi granito de arena intentando explicar de la forma más clara y sencilla que me sea posible, qué son los créditos fiscales, cómo afectan a los balances de una empresa, y qué consecuencias tienen tanto en el pasado como en el futuro. Espero que sea de interés para cualquiera que pueda leer esto, y que le ayude a tener claros conceptos que entiendo no son fáciles de asimilar por quienes no están familiarizados con el mundo de la economía.
Para ilustrarlo mejor, comenzaré hablando de lo que son las diferencias temporales en el Impuesto de Sociedades.
·         Las diferencias temporarias son aquellos ajustes positivos o negativos que se realizan en un ejercicio, y que en el futuro van a dar lugar a reversiones en el impuesto de sociedades, es decir a ajustes de tipo contrario. Como ejemplo sirven los siguientes:

1.- Un gasto no deducible en un ejercicio, que sin embargo sí será deducible en futuros ejercicios, sería una diferencia temporaria positiva.  Es el caso de la amortización que durante los ejercicios 2013 y  2014 no ha sido deducible para las grandes empresas en un 30% de su importe, pero sí lo serán a partir de 2015, repartido en 10 años consecutivos. Lo que ha ocurrido en los ejercicios 2013 y 2014 es que las grandes empresas solo han podido deducirse el 70% del gasto de amortización, quedando el 30% pendiente para ser deducido a partir de 2015. Este hecho ha dado lugar a una diferencia temporal positiva en el impuesto de sociedades de 2013 y 2014 por el importe de ese 30% de amortización, y a partir de 2015 se realizará un ajuste negativo durante 10 años hasta cubrir ese importe no deducible en su momento.

2.- Las deducciones por reinversión que han existido hasta 2014 y que no se han podido aplicar por falta de cuota, también son un claro ejemplo de diferencia temporaria positiva que surge en el año en el cual se realiza la reinversión, y que dará lugar a un menor pago de impuesto en los ejercicios futuros, siempre que exista cuota positiva para poder aplicarlas.


Tanto en un caso como en el otro, como consecuencia de ese beneficio fiscal al que se tiene derecho, pero que no se ha podido aplicar, bien sea porque la ley lo establece así (caso del primer ejemplo), o por insuficiencia en la cuota (caso del segundo ejemplo), aparece en el balance la partida de “Activos por impuesto diferido”, más conocidos como Créditos fiscales.

Un crédito fiscal es por lo tanto el derecho que una empresa tiene frente a la Hacienda Pública a pagar un menor impuesto en el futuro, hasta que dicho crédito se agote; siempre y cuando no exista una limitación en el tiempo para aplicarlo, en cuyo caso el crédito fiscal pendiente se extingue, y la empresa debe eliminarlo de su balance con las consecuencias que ello supone sobre el Patrimonio Neto.

Al margen de los dos ejemplos expuestos, el principal crédito fiscal que una empresa puede tener proviene de las bases imponibles negativas (BINS). Las BINS son las pérdidas que una empresa ha tenido en un ejercicio, y que tiene derecho a descontar en el futuro de las bases imponibles positivas que tenga cuando obtenga beneficios.

Explicado lo que es un crédito fiscal y el motivo por el que surge, el siguiente paso es explicar cómo afecta al balance de una empresa. Voy a explicarlo con el ejemplo de las BINS.

Imaginemos que una empresa ha tenido en 2014 unas pérdidas de 1.000.000€; esto supone que en el futuro, por ejemplo en 2015, si dicha empresa tiene un beneficio de 1.500.000€, cuando realice el impuesto de sociedades restará a dicho beneficio la BIN que tiene pendiente, y tributará solamente por 500.000€. Pero en 2014 se le ha creado un crédito fiscal por el derecho que tiene a beneficiarse del menor pago de impuestos en el futuro; es decir, en 2014 (con un tipo impositivo del 30%), la empresa ha generado un crédito fiscal de 300.000€ (30% de 1.000.000).
Este crédito fiscal lo reflejará en su contabilidad mediante un apunte en el que los beneficios aumentan en 300.000€.
El efecto por tanto que los créditos fiscales tienen en los balances es que aumentan los beneficios en el mismo ejercicio en el que surge el crédito fiscal, por el importe del mismo.
Aumentar los beneficios supone aumentar el Patrimonio Neto (PN) de la empresa, y por lo tanto reflejar una situación de solvencia más favorable.
Todo esto es legal y lógico. No hay nada oscuro ni delictivo. El problema puede venir a partir de aquí si las cosas no se hacen bien, o se hace la vista gorda.

Siguiendo con el ejemplo de la empresa que en 2014 ha generado un crédito fiscal de 300.000€. Supongamos que en los ejercicios siguientes no genera beneficios, por lo que no puede aplicarse dicho crédito fiscal. Puede que llegue un momento en el que si las perspectivas son negativas, podría plantearse si dicho crédito fiscal va a poder realizarse. Incluso un analista financiero debería tener en cuenta al analizar la situación de la empresa, la eliminación del mismo para reflejar la verdadera situación de solvencia de la empresa. ¿Qué significa eliminar el crédito fiscal? Pues el efecto contrario que supuso su aparición. Si en 2014 el crédito supuso aumentar los beneficios en 300.000€; su eliminación o el no tenerlo en cuenta a efectos de un análisis exhaustivo, supone disminuir los beneficios en 300.000€ y por lo tanto su Patrimonio Neto.

Hay otros casos, como el de las deducciones por reinversión, que tienen un plazo de años para poder aplicarlas, agotado el mismo sin poder hacerlo, el crédito fiscal que quede pendiente debe eliminarse puesto que ya no se podrá aplicar.

Por otro lado, los créditos fiscales hay que actualizarlos a los tipos impositivos vigentes en cada ejercicio. Esto significa que si un crédito fiscal surgió con un tipo impositivo del 30%, y en un ejercicio posterior el tipo baja al 28%, los créditos fiscales deben ajustarse a este nuevo tipo, realizando una disminución del beneficio del 2% del importe del crédito fiscal.
Para ilustrarlo mejor retomo el ejemplo de las pérdidas de 1.000.000€ en 2014: el tipo impositivo en 2014 es del 30% por lo que el crédito fiscal que surge es de 300.000€ (30% de 1.000.000) que aumenta los beneficios de 2014.
En 2015 el tipo impositivo es del 28%. Esto supone que el crédito fiscal en 2015 tendría que ajustarse a este tipo, es decir, 280.000€ (28% de 1.000.000). Su ajuste en el balance supone disminuir los beneficios en 20.000€
En 2016 el tipo impositivo será del 25%, por lo que si el crédito fiscal continua sin aplicarse, se debe hacer un ajuste del 3% para que pase a ser de 250.000€ (25% de 1.000.000) disminuyendo de nuevo los beneficios en 30.000€.

Pues bien, aquí es donde puede y de hecho viene el mayor maquillaje de los balances de algunas empresas. No eliminar los créditos fiscales que ya han caducado o que la situación de la empresa puede llevar a considerar como perdidos. O bien no actualizar los créditos fiscales a los nuevos tipos impositivos si estos van a ser desfavorables para la situación patrimonial. Dejarlos en los balances supone tener un Patrimonio Neto que no es real, que es humo, en definitiva hacer creer que la situación de solvencia de la empresa es buena, o no tan mala, cuando en realidad no hay nada detrás que la sostenga.


No voy a extenderme más ya que entiendo que es un tema espeso y me gustaría que quien pueda leer esto entienda el concepto y sobre todo la operativa. Espero haberlo conseguido, y que un tema que se nos puede escapar a la mayoría cuando oímos hablar de él, haya podido quedar un poco más claro.