lunes, 11 de abril de 2016

Panamá pachin, Panamá pachan



Llevo días pensando cómo descargar mi asco, hastío, vergüenza, etc, etc, y la verdad es que no tengo muy claro si seré capaz de expresar más de lo que ya se ha dicho, y de lo que está por decir.

Tengo la sensación de que cuántos más nombre “ilustres” se suman a la lista de la vergüenza, más se nos toma al resto por tontos, ignorantes, o simplemente gilipollas. Cada nombre “ilustre” que aparece me digo: no me extraña. ¿Y por qué será que no me extraña?

No sé vosotros, pero a mí lo que más me indigna es que la mayoría de ellos nos han venido dando al resto en el pasado más o menos reciente, lecciones de patriotismo, de ciudadanía, de respeto y de legalidad. ¿Pero qué respeto ni qué respeto?, ninguno de ellos tiene autoridad moral para darme a mí ni a nadie lecciones de nada.

Si has defraudado has defraudado, y eso tiene un nombre: delito. Lo demás solo es ruido para despistar amparándose en que soy una persona relevante, importante, seria. Y qué queréis que os diga, para mí eso es lo más repugnante.

Tengo un amigo que siempre dice: la mujer del Cesar no solo tiene que ser pura sino que además tiene que parecerlo. Pues eso mismo es lo que no se está cumpliendo. Aquí todo dios aparece como puro, limpio, modelo de virtud, de lealtad al país y a la madre que los parió. Hasta qué sorpresa. Y entonces los malos somos los demás, la prensa, los carroñeros que solo buscan la noticia para ganar notoriedad y por supuesto dinero.

¿Y qué han buscado ellos?, notoriedad no (les sobra), noticia tampoco (cuánto menos se sepa mejor), pero dinero a toneladas. Dinero, solamente dinero, ¡Qué pobres son!

Seguro que los nombres que están por llegar me seguirán cabreando, seguro que dirán: yo no fui, el malo eres tú. Seguro que no me van a sorprender. Y seguro que seguirán creando otros ruidos para que todo se diluya.

Ante todo eso mejor será que entone la canción: Panamá pachin, Panamá pachan



No hay comentarios:

Publicar un comentario