Yo quiero ser tonta
Sí, aunque suene mal es así. No se me ha ido la pinza. Y esto
ya viene de antiguo, no me ha dado hoy por ahí, pero hoy me he acordado.
Hace tiempo tenía yo un compañero de trabajo, en realidad más
de uno, pero este se llevaba la palma, al que todo le valía, todo se le
perdonaba, y todo se le permitía, porque era tonto. Sí, ya sé que queda feo
decirlo así, pero es lo que hay. Yo le intenté enseñar, pero ni por esas.
Recuerdo que era incapaz de calcular el IVA de un coche cada vez que lo vendía,
imposible, que no hay tu tía. Y siempre que tenía un cliente, venía para que yo
se lo calculara. Mi táctica siempre fue la de no le regales el pan sino
enséñale a fabricarlo. Y lo hice, varias veces, muchas veces, muchísimas veces,
pero que no.
Conversaciones como esta eran muy habituales.
Él: mira a ver si lo he hecho bien
Yo: pues no, lo has calculado sobre el total con IVA
Él: como tú me dijiste
Yo: no te he dicho eso nunca, te dije que hay que calcularlo
sobre el neto. ¿sabes qué es el neto?
Él: sí, eso lo sé
Yo: pues sobre ese importe
Él: y si le digo al cliente el total con IVA, cómo sé cuánto
es sin IVA
Yo: eso también te lo expliqué, entonces hay que dividir para
obtener el neto
Él: anda, explícamelo otra vez, que me lio
Yo: venga, pa pa pa pa pa, explicado. ¿lo tienes claro?
Él: sí, creo que sí. Entonces ¿cómo sé lo que gano?
Yo: ¿lo que ganas?
Él: es que si pierdo en la venta después me llaman de dirección
Yo: pues comparas el precio de venta con el de compra
Él: con IVA o sin IVA
Yo: ¡Dios!, olvídate del IVA coño. Comparas los netos
Él: ¿Cómo sé el neto del precio de compra?
Yo: Igual que el del precio de venta
Él: le sumo el IVA
Yo: pero qué sumas ni qué….. Qué no sumas nada
Él: pues entonces ya me liao, a ver, el precio de compra va
con IVA o sin IVA
Yo: si es neto va sin IVA, si es el precio total va con IVA
Él: ¿y cómo sé cómo va?
Yo: ¿de dónde sacas el precio de compra?
Él: me lo das tú cuando te pregunto
Yo: ¿yo?, hay la leche que man dao
Él: bueno es igual. Tú me das el precio de compra y yo lo
divido por el IVA
Yo: ¿por qué IVA?
Él: por el que le digo al cliente
Yo: ¿por el qué?
Él: ¿pues no era así?
Yo: déjalo que eres capaz de liar a Cristo y su madre. No sé
cómo haces para hacer difícil lo fácil; trae los números a ver anda
Y siempre terminaba calculándole todo bien clarito para que
se aclarara. Que no sé si se aclaraba. Hasta la próxima que otra vez la misma
canción. No sé cómo tuve tanta paciencia, aunque la verdad es que nos
llevábamos bien.
Y lo peor es que el tío después tenía unas nóminas pa
cagarse. Y a mí eso nunca me ha importado, pero era inevitable decir: hay que
joderse, lo que cobra uno por ser tonto.
Pues esa misma impresión me está quedando cada día al ver a
ciertos y ciertas, pajes y princesas, ministros y ministras, y demás fauna de
niveles medio-altos, que:
no saben,
no contestan,
no les consta,
no se enteran,
no conocen,
no entienden,
a mí lo que me dicen,
la culpa es de otro,
yo de esto no sé,
yo firmo donde está la cruz,
(Algunos harían mejor en poner la huella del dedo pulgar,
como hacían no hace tantos años, quienes no habían podido optar ni siquiera a
una mínima educación que les permitiera saber leer y escribir)
Pues coño, el que no sepa a Salamanca, y sino aquí todos
queremos ser tontos. Ah! y tener un sueldo de tonto, que sino no vale