domingo, 16 de febrero de 2014

Reflexiones en una mañana de domingo (2)



Yo quiero ser tonta

Sí, aunque suene mal es así. No se me ha ido la pinza. Y esto ya viene de antiguo, no me ha dado hoy por ahí, pero hoy me he acordado.

Hace tiempo tenía yo un compañero de trabajo, en realidad más de uno, pero este se llevaba la palma, al que todo le valía, todo se le perdonaba, y todo se le permitía, porque era tonto. Sí, ya sé que queda feo decirlo así, pero es lo que hay. Yo le intenté enseñar, pero ni por esas. Recuerdo que era incapaz de calcular el IVA de un coche cada vez que lo vendía, imposible, que no hay tu tía. Y siempre que tenía un cliente, venía para que yo se lo calculara. Mi táctica siempre fue la de no le regales el pan sino enséñale a fabricarlo. Y lo hice, varias veces, muchas veces, muchísimas veces, pero que no.
Conversaciones como esta eran muy habituales.

Él: mira a ver si lo he hecho bien

Yo: pues no, lo has calculado sobre el total con IVA

Él: como tú me dijiste

Yo: no te he dicho eso nunca, te dije que hay que calcularlo sobre el neto. ¿sabes qué es el neto?

Él: sí, eso lo sé

Yo: pues sobre ese importe

Él: y si le digo al cliente el total con IVA, cómo sé cuánto es sin IVA

Yo: eso también te lo expliqué, entonces hay que dividir para obtener el neto

Él: anda, explícamelo otra vez, que me lio

Yo: venga, pa pa pa pa pa, explicado. ¿lo tienes claro?

Él: sí, creo que sí. Entonces ¿cómo sé lo que gano?

Yo: ¿lo que ganas?

Él: es que si pierdo en la venta después me llaman de dirección

Yo: pues comparas el precio de venta con el de compra

Él: con IVA o sin IVA

Yo: ¡Dios!, olvídate del IVA coño. Comparas los netos

Él: ¿Cómo sé el neto del precio de compra?

Yo: Igual que el del precio de venta

Él: le sumo el IVA

Yo: pero qué sumas ni qué….. Qué no sumas nada

Él: pues entonces ya me liao, a ver, el precio de compra va con IVA o sin IVA

Yo: si es neto va sin IVA, si es el precio total va con IVA

Él: ¿y cómo sé cómo va?

Yo: ¿de dónde sacas el precio de compra?

Él: me lo das tú cuando te pregunto

Yo: ¿yo?, hay la leche que man dao

Él: bueno es igual. Tú me das el precio de compra y yo lo divido por el IVA

Yo: ¿por qué IVA?

Él: por el que le digo al cliente

Yo: ¿por el qué?

Él: ¿pues no era así?

Yo: déjalo que eres capaz de liar a Cristo y su madre. No sé cómo haces para hacer difícil lo fácil; trae los números a ver anda

Y siempre terminaba calculándole todo bien clarito para que se aclarara. Que no sé si se aclaraba. Hasta la próxima que otra vez la misma canción. No sé cómo tuve tanta paciencia, aunque la verdad es que nos llevábamos bien.
Y lo peor es que el tío después tenía unas nóminas pa cagarse. Y a mí eso nunca me ha importado, pero era inevitable decir: hay que joderse, lo que cobra uno por ser tonto.

Pues esa misma impresión me está quedando cada día al ver a ciertos y ciertas, pajes y princesas, ministros y ministras, y demás fauna de niveles medio-altos, que:

no saben, 

no contestan, 

no les consta, 

no se enteran, 

no conocen, 

no entienden,

a mí lo que me dicen,

la culpa es de otro,

yo de esto no sé,

yo firmo donde está la cruz,
(Algunos harían mejor en poner la huella del dedo pulgar, como hacían no hace tantos años, quienes no habían podido optar ni siquiera a una mínima educación que les permitiera saber leer y escribir)

Pues coño, el que no sepa a Salamanca, y sino aquí todos queremos ser tontos. Ah! y tener un sueldo de tonto, que sino no vale



No hay comentarios:

Publicar un comentario