lunes, 6 de enero de 2014

¡Qué solo son dos días, démosle placer al paladar!



Ahora que han terminado por fin estas fiestas, como cada año me he encontrado con la misma historia de siempre, y me fastidia mucho por varios motivos:

1º. Porque yo no soy así ni pienso así, y me fastidia que me hagan comulgar con ruedas de molino cuando yo no decido el menú.

2º Porque soy, o creo que soy, una persona respetuosa con todo el mundo, con una mente abierta, y que siempre intenta más entender que imponer.

3º Porque cuando se trata de los placeres culinarios, o de los placeres en la mesa, tengo claro lo que me gusta y desde luego que me saquen a relucir la política, las fronteras, y toda la historia de siempre, pues como que no. Para terminar con una copa de algo que ni quiero ni me gusta. ¡Qué solo son dos días y una ya tiene una edad para elegir lo que quiere, y que no se lo elijan con esos argumentos!

Y esto viene porque no hay nada peor que levantarse el día de Navidad o el primer día del año con la cabeza como una pajarera, con el estómago bailando arriba y abajo, y pensando que otra vez me van a poner una copa de cava en la mano.

¡Qué a ti te gusta, venga toma todo el que quieras, que lo hemos comprado por ti, nosotros no tomamos!

Pues entonces no brindemos, o lo hacemos con sidra de toda la vida, la de la gaita. Ala.

Y sí, claro que me gusta, ¡pero qué sea bebible, por favor!. Me gusta el cava, pero también sé lo que me gusta. Y seguro que no es el mejor, ni el más caro, ni el más chic. Solo quiero tomar una copa de cava, o dos, y disfrutar haciéndolo; y qué importa de dónde es, si me gusta y disfruto.
Todos somos buenos en algo, aunque nadie somos buenos en todo. Y elegir aquello en lo que cada uno destaca, me parece de sabios y de personas que saben disfrutar de la vida, y de una buena mesa. Sin embargo, empeñarse en que se va a comer y se va a beber lo de aquí y solo lo de aquí (que si no hacemos patria nosotros no nos la hace nadie) me parece que es perder mucho y desaprovechar dos días. ¡Qué solo son dos días, hostia! Qué todo no es excelente aquí, como todo no es excelente en otro sitio.

¡¡¡Y qué coño!!!, el cava catalán, y el champán francés, el resto son mariconadas.
Igual que:

_ El vino blanco, un albariño
_ El vino tinto, un Rioja, aunque en este punto hay buenos caldos en otros lugares, no desmerecen nada un Ribera de Duero o un Somontano.
_ Naranjas, las de Valencia
_ El turrón, de Jijona
_ El mazapán, de Toledo, o de Soto en La Rioja
_ La ensaimada mallorquina
_ Los espárragos, de Navarra
_ El queso manchego, o de Asturias (rico cabrales), o navarro, y qué decir del de Cáceres (mmmm rica torta del Casar)
_ El chuletón del País Vasco, y la merluza también, como el atún.
_ La chuleta, de Ávila
_ El ternasco, de Aragón
_ El cochinillo, de Segovia
_ La gamba, de Huelva
_ El centollo y el percebe, gallegos
_ Los ibéricos, de Extremadura, o de Salamanca
_ Y el plátano, de Canarias

Pues eso, ¿tan difícil es? ¡Qué solo son dos días! Vamos a darle placer al paladar


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