domingo, 26 de enero de 2014

Reflexiones en una mañana de domingo (1)



¿Cuántos más Gamonal tienen que surgir para que nuestra clase política se dé cuenta de que la gente está desencantada?

¿Qué no pueden utilizar su cargo como un coto privado de caza donde una mayoría (simple o absoluta) les confiere impunidad total para actuar como lo hacen?

Sigo creyendo en la democracia como la mejor forma de gobierno, pero no en la democracia que estoy descubriendo cada día, formada por políticos corruptos, ambiciosos, faltos de sensibilidad hacia aquellos que los han elegido, oportunistas, caciques, manipuladores, mentirosos, prepotentes.

¿Por qué olvidan tan pronto que la oportunidad de su cargo se la ha concedido un grupo de personas a las que después olvidan, ignoran y roban?

¿Qué pasaría si en las próximas elecciones europeas, y el próximo año en las locales, incluso en las generales, solo votara un digamos, 5% de la población? ¿Se sentirán con legitimidad, no solo para gobernar, sino para decidir sobre los demás?

Las grandes revoluciones, los grandes cambios, siempre han surgido por un pequeño incidente sin relevancia. La chispa cuando la desesperación es tan grande, puede aparecer en cualquier momento.

Quizá un señor que tropieza en una baldosa rota de una acera y se rompe un pie

Quizá un joven que no encuentra su bicicleta, antes amarrada a una farola

Quizá un padre que tiene que salir del hospital para comprar un pañal para su bebé

Quizá ……….

Me da mucha pena, y sobre todo mucha rabia, ver a tanta gente desamparada, mientras aquellos que han elegido para protegerlos, se preocupan más de sus intereses personales. 

¿Cuántos más Gamonales tienen que surgir para destapar a alcaldes corruptos, y otros cargos públicos que con seguridad viven en su mundo de yupi, pensando que nunca se descubrirá su podredumbre? Pero un día en su ciudad olvidada, en su pueblo olvidado, un anciano cae al suelo y muere al ser empujado por un joven que en su desesperación por dar de comer a su hija, le roba la escuálida cartera, por ejemplo. Y ese día la chispa salta, no para masacrar al joven, sino porque ya no se puede aguantar más.

Yo sigo creyendo que el tiempo pone a cada uno en su lugar, aunque cada día me cuesta más creerlo. Me resulta muy triste observar como algunas de las principales instituciones hacen piña para salvar a una sola persona, solamente porque es ….

¿Y los demás?,  ¿Quiénes somos los demás?

Los demás somos quienes decidimos directa o indirectamente quienes forman esas instituciones. Somos los que pagamos. En definitiva, somos los que merecemos un respeto.

Nos han quitado derechos. Nos han destrozado una educación. Nos han quitado opciones de desarrollo en el exterior. Nos han limitado el acceso a una justicia que defienden como igual para todos. Nos han condenado a la inestabilidad laboral, a la precariedad laboral. Nos dicen que hay que trabajar más y ganar menos, para después enterarnos que quienes lo dicen son los mayores ladrones. Nos han quitado ayudas a la dependencia y al mismo tiempo nos obligan a traer al mundo hijos que no vamos a poder atender, ni van a apoyarnos para atenderlos. Nos han hecho tantas cosas que olvido la mayoría.
Y ahora pretenden recuperarnos como siempre, con palabras huecas como siempre, porque hay que empezar a mover ficha ante las próximas elecciones europeas.

Ayer escuchaba hablar a José Bono. Siempre me ha parecido una persona que habla claro. No sé si lo que dijo lo aplicaría en el caso de que fuese él quien gobernara, pero en cualquier caso la frase está cargada de una enorme verdad.

“No hay que trabajar para ganar elecciones, hay que trabajar para salvar a los ciudadanos”

Creo Pepe, que nunca nadie va a trabajar para eso. Nos dirán que sí, pero en realidad será para su propia ambición de poder (unos y otros y todos). Nos dirán por supuesto que para salvar primero tienen que ganar. Y cuando hayan ganado se olvidarán hasta la próxima. Y entre tanto su mayor preocupación será recalificar terrenos, conceder licitaciones de obras y a cambio adquirir áticos de lujo y otros bienes por un precio inferior a su valor, a cambio de los otros favores. Esta es nuestra realidad, y mientras no salte la chispa que haga que todo esto termine, nos seguirán utilizando solo para su interés cuando lleguen unos comicios.
Y la chispa puede estar en cualquier lado, sin ninguna duda.

Esta semana, mi padre me decía que había recibido una carta de la ministra Bañez para decirle que su pensión subiría este año y siempre, que el ministerio vela por los jubilados. Estaba muy enfadado, y con razón. Su pensión ha subido 0,87€. Recibir esa carta cuyo coste era superior casi con toda seguridad, supuso un insulto para mi padre. Pues sí papá, es un insulto a la inteligencia de todos los que como tú, habéis podido llegar a una edad en la que os habéis ganado una pensión. Pero es normal, ya están moviendo ficha de cara a las elecciones europeas. Por cierto, según he sabido, el coste de todas esas cartas ha sido de un millón y medio de euros, que por cierto podrían haberlo repartido entre todos los jubilados. Pero ya sabes que es más importante ganar elecciones que salvar ciudadanos.

También el otro día hablaba con mi vecina. Ella es auxiliar de clínica. Me decía que la situación se estaba volviendo insostenible y que no sabía cómo iba a terminar. Ahora estaba en maternidad, y ya apenas quedaban guantes para limpiar a los bebés. Me dijo que en unos días, casi con seguridad tendrían que limpiar varios culitos de bebés con los mismos guantes, o incluso sin ellos.

Ayer por la noche, por segunda semana consecutiva, toda la calle principal por la que yo pasaba, estaba tomada por los furgones de la policía, y todos ellos estaban apostados en todas las esquinas, en las puertas de los hoteles, en las plazas. Esto es lo que pasaba:

Vigilada por un fuerte dispositivo policial -- decenas de furgones de Policía se desplegaron minutos antes de las 18.00 a lo largo del paseo de la Independencia y no se retiraron hasta que finalizó el recorrido -- la marcha discurrió sin incidentes en medio de consignas como 'Rescatan a los bancos y hunden al obrero', 'Lo llaman democracia y no lo es'   

Lo dicho, la gente no puede más. No es ganas de pasar el rato, es hartazgo.

Me voy a dar un paseo, hace un día estupendo.




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